En el mundo del branketing (marketing y branding), existe una estrategia llamada rebranding, como su palabra indica es un RE-BRAND, una herramienta para adaptarse a los cambios del mercado y mantener la relevancia en la mente de los consumidores. Pero…¿Qué es exactamente el rebranding, cuándo es el momento adecuado para llevarlo a cabo y cómo hacerlo?
Son tres preguntas bastantes extensas que queremos abarcar en un solo artículo para que te quedes con la información lo más completa posible. Comencemos con lo primero y vamos avanzando…
El rebranding es un proceso estratégico mediante el cual una empresa redefine su identidad visual, su mensaje y/o su posicionamiento en el mercado. Esto puede implicar cambios en el logotipo, los colores corporativos, el eslogan, la comunicación visual y otros elementos que conforman la imagen de la marca. El objetivo principal del rebranding es revitalizar la marca, adaptarla a las nuevas tendencias y necesidades del mercado, y mejorar su conexión emocional con el público objetivo.
Determinar cuándo es el momento adecuado para llevar a cabo un rebranding es crucial para el éxito de la empresa. Aquí te contamos algunas situaciones comunes en las que el rebranding puede ser necesario:
Lo primero que debemos tener en cuenta es que un rebranding es diferente a un restyling el rebranding no se limita a un simple cambio de imagen visual, sino que implica una revisión profunda de la identidad y estrategia de una marca. Es esencial entender que llevar a cabo un proceso de rebranding puede ser oportuno, e incluso imprescindible, en ciertas circunstancias como cambios estratégicos, movimientos disruptivos en el mercado o extensiones de marca en territorios no familiares, e incluso en momentos de crisis reputacional.
Una vez se decide comenzar con el rebranding, es fundamental una planificación cuidadosa de la implementación y la comunicación para garantizar que los usuarios perciban los cambios de la forma deseada. Aquí hay algunas consideraciones clave:
La comunicación interna es un pilar fundamental en cualquier proceso de rebranding. Los empleados son los embajadores de la marca y deben comprender y adoptar los nuevos valores y la filosofía de la empresa. Es esencial llevar a cabo sesiones informativas, workshops y proporcionar herramientas que faciliten la internalización de la nueva identidad de la marca. Una fuerza laboral alineada y comprometida es crucial para el éxito del rebranding.
La comunicación externa es igualmente importante y debe ser cuidadosamente planificada. Se deben definir objetivos claros, identificar públicos clave, seleccionar los canales adecuados y desarrollar mensajes coherentes y persuasivos. Es crucial transmitir los cambios de manera comprensible y significativa para el público objetivo.
El tipo de empresa también influirá en la estrategia de comunicación del rebranding. Las marcas B2B pueden implementar cambios de manera más rápida y directa debido a su menor número de clientes y la naturaleza más personal de sus relaciones comerciales. Por otro lado, las marcas B2C pueden requerir un enfoque más gradual y apoyado por campañas masivas de comunicación debido a la naturaleza impulsiva de las decisiones de compra y la competencia intensa en el mercado.
Coherencia Total: Todos los aspectos de la marca, desde el servicio al cliente hasta la publicidad, deben reflejar de manera coherente la nueva identidad y estrategia de la marca.
Innovación sin Perder la Esencia: Es importante encontrar un equilibrio entre la innovación y la preservación de la esencia de la marca. Es vital avanzar lo suficiente para mantenerse relevante, sin desvincular a los clientes existentes.
Eficiencia en la Implementación: La implementación del rebranding debe realizarse de manera eficiente para evitar errores, costos adicionales y confusión entre los públicos.
Medición y Flexibilidad: Es esencial establecer objetivos claros para evaluar el éxito del rebranding y estar preparado para ajustar la estrategia según sea necesario.
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