En el vertiginoso mundo empresarial, la supervivencia a largo plazo es un desafío constante. En Colombia, según un estudio reciente de Confecámaras, solo el 33,5% de las empresas logran mantenerse después de cinco años. Esto significa que de las 296.896 unidades productivas creadas en 2017, solo 98.696 continuaron en funcionamiento en 2022. Ante este panorama, surge la pregunta inevitable: ¿cómo pueden las empresas mejorar sus posibilidades de éxito y durabilidad en un entorno tan exigente?
La respuesta a menudo radica en un aspecto fundamental pero a veces subestimado: el branding. El branding, o la gestión estratégica de la marca, no se trata solo de tener un logotipo atractivo o un eslogan pegajoso. Es mucho más que eso. Es la forma en que una empresa se comunica y se relaciona con su público objetivo. Es la esencia misma de su identidad empresarial, su personalidad, su propósito y sus valores, todo encapsulado en una imagen reconocible y coherente.
Comprendemos que, especialmente para las empresas emergentes y de menor tamaño, invertir grandes sumas de dinero en branding puede parecer un lujo innecesario o incluso inalcanzable. Pero aquí es donde entra en juego la clave: el enfoque estratégico y escalonado. No se trata de lanzarse de cabeza en una campaña de branding costosa, sino de avanzar paso a paso, adaptándose al ritmo y las necesidades de cada negocio.
Al salir al mercado con una buena imagen, una empresa no solo proyecta profesionalismo y confianza, sino que también está realizando un importante ejercicio de prueba y error. Cada interacción con los clientes, cada retroalimentación recibida, proporciona valiosas pistas sobre lo que funciona y lo que no. En este sentido, el mismo negocio actúa como un laboratorio viviente, proporcionando datos concretos sobre cómo mejorar y ajustar la estrategia de branding.
Pero, ¿qué factores determinan la capacidad de supervivencia de una empresa más allá del branding? Según el estudio de Confecámaras, varios elementos juegan un papel crucial: el tamaño de la empresa, su acceso a mercados internacionales, la capacidad para atraer capital económico y humano, su organización jurídica, el entorno para hacer negocios, el dinamismo del sector al que pertenece, el acceso al crédito y la participación en aglomeraciones productivas o clúster.
Es importante reconocer que el éxito o fracaso de una empresa no depende únicamente de su imagen de marca. Sin embargo, un producto o servicio atractivo, respaldado por una sólida estrategia de branding, sin duda tiene más posibilidades de destacarse en un mercado competitivo y resistir las pruebas del tiempo.
En este contexto, es esencial que los negocios comprendan que existen diferentes formas de abordar la construcción de su marca, cada una con sus ventajas y desventajas. Ya sea a través de estrategias de marketing digital, colaboraciones con influencers, participación en eventos locales o desarrollo de contenido creativo, cada enfoque tiene el potencial de impulsar el reconocimiento y la lealtad de la marca.
Como expertos en branding y consultores de marcas, estamos aquí para guiar a las empresas en este viaje emocionante pero desafiante. Nuestro objetivo es ayudarles a navegar por el complejo mundo del branding, brindándoles las herramientas y el conocimiento necesarios para construir una marca sólida y perdurable, adaptada a sus necesidades y objetivos específicos.
En resumen, invertir en branding no se trata solo de crear una bonita imagen de marca, sino de construir una conexión significativa con el público, diferenciarse en un mercado saturado y, en última instancia, mejorar las posibilidades de supervivencia y éxito empresarial a largo plazo. Y aunque el camino pueda parecer abrumador en ocasiones, con el enfoque adecuado y la orientación adecuada, cualquier empresa puede trazar su propio camino hacia el éxito.
© 2021 FLK. ALL RIGHTS RESERVED. FLK.COM.CO