Hasta hace pocos años, antes de la aparición de lo que hoy conocemos como Internet, los seres humanos creíamos pertenecer a alguna cultura o sociedad limitada: vivimos en x ciudad, pertenecemos a x estrato social y somos los más cool o los más perdedores de  nuestro grupo o comunidad, llámese colegio, universidad, trabajo, familia…

Los artistas, cantantes, actores, políticos o famosos eran unos ídolos -casi dioses- porque parecían inalcanzables, y creímos en todo lo que nos decían a través de los escasos medios de comunicación a los que teníamos acceso: radio, televisión y prensa. Un ejemplo de esto es el arquero de fútbol René Higuita, hablando de polvos instantáneos para bebidas. Comerciales con promesas que te seducían a comprar, y no tenías información diferente a las marcas que lograban penetrar en todos los mercados a través del gran alcance de los medios publicitarios. Era un monopolio en manos de pocas marcas.

Hoy en día, con la aparición de las redes sociales y su constante evolución, el acceso a la información es infinita. Cualquier persona puede ser famosa, como lo predijo el gran artista estadounidense Andy Warhol: In the future everybody will be world famous for fifteen minutes. Aparecen pequeños grupos sociales de deporte, moda, alimentos, tecnología, y, entre ellos, personas que se destacan, no necesariamente expertos, simplemente internet les abrió las puertas a la información y las redes canales para comunicarse. Estas personas toman partido de algunas creencias, las adoptan y las muestran al mundo, formando seguidores y creyentes de sus filosofías.

El acceso a la información se expande y se globaliza, mostrándonos el mundo que nos rodea y dando espacio al reconocimiento de marcas que antes no estaban en el mapa, los compradores o clientes se vuelven más selectivos y con más oportunidades de elección.

Es así como todas las empresas, grandes, medianas y pequeñas, se “enfrentan” sobre la misma línea. Todas son competencia entre sí, y lo único que logrará diferenciarlas y sobresalir en el mercado es la marca; una marca humana, consciente de que hay nuevos grupos sociales, cada vez más segmentados. El reto es re-aprender a observar para lograr entender las relaciones sociales y el mercado en el que se mueven, para generar nuevas experiencias y seguirnos conectando asertivamente con el público deseado.

Las marcas relevantes se comprometen, se integran, son conscientes de una sociedad diversa, aportan a la mejor vida de las personas y de un mejor futuro.